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15

Sociedad Andaluza

de Angiología y Cirugía Vascular

SUPLEMENTO

caso clínico

Actual. Med.

2016; 101: (799). Supl. 15-36

donde se informa de una dilatación venosa de 35x27x37mm

en el espacio tiro-yugular derecho, sin identificar claramente

el origen, y condicionando un hiperaflujo venoso (Fig. 1). Por

último se solicita un angio-tomografía computarizada (TC), donde

se interpreta la imagen como aneurisma/pseudoaneurisma de

29x29mm de la a. subclavia derecha situada entre a. vertebral

derecha y a. carótida común derecha proximal (Fig. 1).

Dada la discordancia entre pruebas diagnósticas, se decide

realizar una arteriografía diagnóstica, donde sí se aprecia de

forma clara una fístula arteriovenosa de alto flujo entre arteria

vertebral derecha a 3 cm de su origen (segmento V1) y vena

cervical derecha (Fig. 2). El diámetro de la arteria vertebral

proximal a la fístula fue de 3.3mm y distal a la misma de 2.6mm.

La arteriografía selectiva de las arterias carótidas derecha e

izquierda no reveló la existencia de otras fístulas ni alteraciones.

Ante dicho hallazgo, y dada la sintomatología referida por la

paciente, se decide intervenir de forma endovascular. Mediante

acceso percutáneo femoral derecho, se cateteriza la arteria

vertebral derecha y se progresa un introductor largo de 5F cuyo

extremo se posiciona en el origen de la arteria subclavia derecha,

con el fin de ganar soporte para el resto del procedimiento. Tras

identificar la fistula realizando una arteriografía selectiva de la

a. vertebral, se excluye la misma colocando un stent recubierto

Biotronik Papyrux

®

3.5x26mm. En el control posterior se aprecia

buen sellado distal, pero proximalmente se aprecia falta de

aposicionamiento con relleno de la FAV, por lo que se decide

solapar a dicho nivel un stent recubierto Gore Viabahn

®

5x25. Tras

remodelar ambos stent y la zona de solapamiento, se realiza una

arteriografía final con permeabilidad de la a. vertebral sin relleno

de la fistula (Fig 3).

El procedimiento se realiza bajo anestesia general, con un

tiempo quirúrgico inferior a una hora y 50cc de contraste yodado.

Al día siguiente la paciente es dada de alta sin complicaciones y

sin frémito en la zona de la fístula.

En la revisión realizada a los tres meses de la intervención,

la paciente se encuentra asintomática, sin frémito en la zona

ni otros síntomas/signos de recurrencia. En el ECO-Doppler

realizado se aprecia el dispositivo correctamente implantado con

flujo ortógrado, sin aceleraciones sugestivas de estenosis.

DISCUSIÓN

Las FVVs representan una patología muy infrecuente

(0.01% en la población general). Pueden ser espontáneas

(32%), asociadas a patologías como neurofibromatosis, displasia

fibromuscular o algunas colagenopatías, afectando a los

segmentos V2-V3

(1)

. Más frecuentemente son adquiridas (68%),

en relación a punciones vasculares previas (vías centrales), heridas

de arma blanca o de fuego, o accidentes de tráfico, afectando

entonces con más frecuencia al segmento V1

(2)

. En el caso de

nuestra paciente, el antecedente de la cirugía valvular (aunque

antiguo), o el accidente de tráfico, podrían estar en relación con

la fístula.

Con frecuencia son un hallazgo incidental al realizar pruebas

de imagen por otros motivos. Cuando producen síntomas, éstos

suelen consistir en congestión venosa, tinnitus, hemorragias,

robo u otros síntomas neurológicos resultantes de la afectación

vertebro-basilar.

Dentro de las opciones de tratamiento, puede optarse por

seguimiento (en el caso de aquellos pacientes asintomáticos),

cirugía abierta o cirugía endovascular. La reparación mediante

cirugía abierta puede ser dificultosa, dado lo complejo del

abordaje vertebral, especialmente en el segmento V1, el riesgo

de hemorragia, de lesión neurológica y la comorbilidad de la

paciente.

La reparación endovascular es de elección en la actualidad

según la mayoría de trabajos publicados, debido a su seguridad,

ser menos invasiva y ser reproducible por otros grupos con menos

experiencia. Se puede conseguir la exclusión de la lesiónmediante

el uso de balones largables, embolización mediante coils asociada

o no a onyx u otras sustancias (en casos favorables para ello), o

con stent recubiertos autoexpandibles o balón expandibles.

Figura 1. Reconstrucción de angio-RM (izquierda) y angio-TC (derecha)

identificando la lesión, sin establecer el origen de forma clara.

Figura 2. Arteriografía selectiva de a. vertebral derecha, mostrando

imagen compatible con fístula a dicho nivel.

Figura 3. Imágenes intraoperatorias: tras la liberación del stent Papirux

(izquierda) y control final (derecha).